Un artículo muy interesante de la web real o virtual (
https://www.realovirtual.com/) sobre el juicio entre Zenimax contra Oculus Rift:
Artículo original:
https://www.realovirtual.com/articulos/4919/juicio-zenimax-contra-facebook-oculus-llega-su-fin
Autor: knob2001.
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30 ENE 2017 16:30
El juicio "Zenimax contra Facebook (Oculus)" llega a su fin
Hoy, quizás mañana, se resuelva en los tribunales el primero de los grandes juicios relacionados con la realidad virtual. El gigantesco Facebook contra el enorme Zenimax, o lo que es lo mismo, el Godzilla de las redes sociales contra el Kaiju de los videojuegos. ¿No sabes de qué estamos hablando? Bienvenido entonces a un culebrón de 4 billones de dólares y muchos secretos que guardar.
El juicio "Zenimax contra Facebook (Oculus)" llega a su fin
Por knob2001
Sabemos lo que hiciste el último verano virtual
¿Qué son quinientos abogados en el fondo del océano?
Un buen comienzo.
(La guerra de los Rose)
Cuando Oculus era solo Palmer Luckey, sus chancletas de playa y sus cachivaches virtuales encerrados todos en una habitación de estudiante (hablamos del 2012), el chico escribió un post en la página MTBS comentando su intención de crear el visor virtual definitivo. El post, además de atraer al cupo de trolls que todo foro debe de apadrinar, llamó la atención de un tipo blanquecino, de ojillos pequeños pero con la visión (y al parecer algo más) necesaria para que el proyecto de Palmer llegara a buen puerto.
John Carmack, a la sazón CTO de id Software por aquellos años (desarrollador de Doom, entre otros) y un tipo con una cabeza bastante inquieta, supo distinguir entre el ruido el diamante en bruto que podía ser la idea de aquel excéntrico chaval. Por esa razón, en el mismo instante en que leyó aquel ya famoso post de Palmer, no dudó en enviarle una misiva de interés. Sorprendido por que uno de los programadores de videojuegos más reconocidos del universo -y héroe de toda una generación- se detuviera en su post, Luckey no tardó en enviarle uno de sus prototipos para que el ingeniero le diera su opinión. Los meses pasaron y la relación -y el interés- entre ambos se fue estrechando cada vez más, hasta el punto de volverse más una colaboración profesional que solo un tema de mutua admiración.
El ninja Palmer y su caja de zapatos negra en la habitación de su pequeño laboratorio. ¿Qué sería de todo ello sin Carmack?
Como ocurre siempre que las pequeñas historias inocentes se vuelven demasiado grandes como para caber en el cajón de los secretos, alguien más se percató de la tempestad que se estaba fraguando en el mundo virtual. Zenimax Corporation, dueña y matriz de un conglomerado de empresas tan conocidas como Bethesda Studios, responsable de títulos tan conocidos como The Elder Scrolls, era -y sigue siendo- también la dueña y matriz de id Software. Y sus grandes ojos vigilantes -ojos de quinientos abogados- no podían pasar por alto que uno de sus programadores hiciera migas con alguien del exterior. ¿Qué demonios le estaría contando John Carmack a ese chaval sin pasado?
En un mundo donde se mueven cientos de millones cada minuto, todo tiene un precio. Y un dueño. ¿Sabíais que todo lo que haga un trabajador durante sus horas de trabajo pertenece a la empresa? Que yo lea realovirtual en mi trabajo supongo que se la traerá al fresco a mi empresa, pero si intercambio pedazos de código informático con extraños, eso ya no suena tan inocente. Y este es el caso del litigio que enfrenta a Zenimax contra Facebook.
Todo parece venir de la época en la que Palmer se presentó en el E3 de 2012 con sus Oculus bajo el brazo. ¿Cómo podía ser posible que el chaval hubiera podido construir una cosa así sin ayuda? Se preguntaron muchos con cierta razón. Al parecer, según algunas pruebas que Zenimax ha aportado al caso, Carmack y otros profesionales afines -trabajadores todos de id Software, es decir de Zenimax- pusieron muchos granitos de arena en esa montaña virtual. Aunque no haya transcendido el contenido íntegro de los documentos, Zenimax asegura tener en su poder mails de intercambio de información técnica entre ambas partes (Carmack-Palmer) así como la firma conjunta de un NDA -documento de confidencialidad para la protección y licencia de uso de patentes industriales-.
Carmack con el primer prototipo de Oculus. Cada vez resulta más evidente quién puso qué en el nacimiento del mundo virtual.
Justamente es en este NDA, con la firma estampada de Palmer y Carmack, donde Zenimax hace mayor hincapié. ¿Qué uso de los datos industriales permitía aquel contrato y qué uso le dio Palmer? Para echar más leña al fuego, John Carmack se sentía frustrado en su empresa. Zenimax había declinado su interés por la RV y le había obligado a centrarse en lo que debería de ser la cuarta parte de Doom, prevista para el 2016. En un impulso de pasión, Carmack abandonó las oficinas de id Software habiendo copiado cientos de correos e información comprometida en su disco duro. Muy poco tiempo después era presentado como CTO de la recién creada Oculus. La verdad es que muy sutiles no fueron.
¿Está Oculus basado en todos aquellos códigos que John Carmack se llevó de Zenimax? Eso es lo que el jurado tendrá que decidir hoy. Y ahora llega la pregunta: ¿qué pinta Facebook en todo esto si cuando compró Oculus todo esto ya había pasado? La respuesta la tienen los abogados de Zenimax: el día que Palmer Luckey le enseñó su prototipo a Zuckerberg y este, en un arrebato, decidiera comprar toda la empresa por 2 billones de dólares, todo el código de Carmack en época de id Software estaba también presente en ese modelo Demo: desde la técnica para corregir la aberración de las lentes, el Time Warping famoso o la forma de subsanar la deriva del posicionamiento. ¿Cómo no podía saber Facebook que Carmack estaba detrás? Otra buena pregunta que el mismo Zuckerberg ha tratado de desmentir con ese típico de los políticos de nuestro país: "señoría, yo de eso no tenía ni idea"
La táctica de la defensa de Facebook hasta ahora se ha basado en demostrar que Oculus fue desarrollada siguiendo los principios de Palmer y que todo el código posterior de John Carmack fue elaborado una vez este abandonó id Software. Sin tener muchos más detalles -ambas partes pidieron el secreto de sumario- la historia suena a novela de abogados de John Grisham. De todas formas, ¿no creéis que todo lo relativo a Oculus termina siempre, de una manera o de otra, más encharcado que los pantanos de Florida? Sea como fuere, durante los últimos meses los juzgados americanos han visto desfilar por sus salas a todo el plantel de Oculus. Sabrán ellos lo que hicieron. Entre tanto, a nosotros los usuarios, nos da un poco igual quién hizo qué (aunque no nos importaría nada leer la novela una vez que todo haya pasado).
Actualizado 00:24 31/Enero/2017: El jurado se reune este Martes de nuevo para más deliberaciones después de no haber llegado a un dictamen.
Artículo No. 2, continuación:
Artículo original:
https://www.realovirtual.com/articulos/4922/oculus-debera-pagar-500-millones-zenimax
Autor: knob2001.
Oculus deberá pagar 500 millones a ZeniMax
Un jurado de Texas condena a Facebook y a toda su cúpula directiva a pagar 500 millones de dólares por violar el acuerdo de confidencialidad firmado entre Palmer y Carmack, pero lo absuelve de las acusaciones de robo de propiedad intelectual en el desarrollo de sus visores virtuales.
Oculus deberá pagar 500 millones a ZeniMax
Por knob2001
50 comentarios
El que esté libre de culpa que tire la primera piedra virtual
(Capítulo 2 de ZeniMax Vs. Oculus)
Es durante estos juicios donde sale a flote toda la porquería que los usuarios no solemos saber. Porque aunque la historia la escriban los éxitos y los fracasos, hay momentos cruciales -normalmente sumidos en las sombras- que definen el camino intrincado que al final tomó la aventura.
Que Facebook haya sido condenada no afecta para nada al jugador medio de la RV; ni los juegos serán mejores por el resultado de este juicio ni los avances técnicos se detendrán por 500 millones de dólares. Pero es innegable que vivimos tiempos de ciencia ficción. Somos los primeros usuarios de una generación de visores virtuales que, con toda probabilidad, cambiarán el mundo del videojuego tal y como lo conocemos. En las décadas que vienen se escribirán libros sobre nuestros días y habrá momentos del futuro que se referirán a nosotros como los pioneros de lo que estaba por llegar. A algunos de nosotros nos gusta cómo funcionan las cosas, cómo y por qué se toman ciertas decisiones. Lo que ocurre tras las bambalinas legales a veces es más interesante que la propia obra (por eso las novelas de John Grisham tienen tantísimo éxito) y este juicio en particular ha arrojado algo de luz a esos comienzos tumultuosos que suelen tener los inventos más importantes de nuestra sociedad.
Por enésima vez en los últimos cuatro años se ha puesto en entredicho la labor que desempeñó Palmer Luckey en aquellos primeros pasos de la RV. ¿Fue él de verdad quien encendió la mecha virtual? ¿Lo hizo solo? ¿O lo hizo gracias a los conocimientos de John Carmack -ex id Software, ex ZeniMax-? Según la propia ZeniMax, Palmer y su empleado por entonces, John Carmack, obraron de mala fe y se aprovecharon de propiedad intelectual que no les pertenecía. Según Facebook, no hay nada -ni lo hubo- en Oculus que beba de los trabajos anteriores de Carmack en ZeniMax. Y como esta discusión va más allá del honor (en concreto 4 billones más allá), terminaron viéndose las caras en el juzgado.
Las mujeres y los hombres del jurado de Texas escucharon durante dos meses a todas las partes implicadas, desde Iribe hasta Palmer (saliendo de su retiro espiritual Trumpiano) pasando por Zuckerberg y Carmack. Y por fin, después de dos días deliberando, han decidido que todos ellos son culpables de las acusaciones de ZeniMax, aunque como suele ocurrir también en la mayoría de los macro-juicios, solo en parte.
El dictamen viene a decir que Palmer hizo un mal uso del acuerdo de confidencialidad firmado con Carmack (algo así como un acuerdo entre "qué sabes tú de lo tuyo y qué se yo de lo mío para entre los dos saber algo más de lo nuestro"), y por esa razón se condena a Palmer a pagar 50 millones a ZeniMax. Oculus, por su parte, deberá abonar 250 millones por el mismo concepto además de otros 50 millones por infringimiento de copyright y el pobre desgraciado de Iribe (que pasaba por allí) la nadería de 150 millones más hasta sumar entre todos el gran total de 500 millones. Una cifra respetable pero muy alejada de los 4 billones que pedía ZeniMax. (Recordar que en los EEUU los billones son miles de millones, no millones de millones como ocurre en Europa)
Una cosa es infringir ese contrato de confidencialidad, y otra bien distinta "robar" una propiedad intelectual de otra empresa. ZeniMax alegaba también que parte de Oculus -y por tanto parte del negocio de Facebook- estaba fuertemente basado en el código y las ideas de proyectos que John Carmack desarrolló durante sus años en ZeniMax y les acusó de apropiación indebida. El jurado, en esta ocasión, no ha visto motivos suficientes para declararles culpables.
Para aquellos que quieran leer la sentencia final y algunas de las deliberaciones previas, aquí lo tenéis cortesía pública de CNET.
Ruling in Zenimax vs Facebook's Oculus (
https://es.scribd.com/document/338147340/Verdict-pdf#from_embed) by CNET News on Scribd
Según Polygon (al parecer el único medio que estuvo de verdad en la sala), cuando terminó el juicio, ni Palmer ni Carmack parecían muy disgustados. ZeniMax sí. Quizás pensando en que más vale una pequeña victoria que una gran derrota, dijo que a tenor del fallo se pensarían si pedir la suspensión temporal de la venta de Oculus Rift. Oculus no tardó en responder a las preguntas de TechCrunch:
“El corazón del caso radicaba en si Oculus robó secretos industriales a ZeniMax o no, y el jurado ha fallado en nuestro favor. Es obvio también que no estamos demasiado contentos con otros detalles del veredicto, pero estos no nos desaniman. Los productos de Oculus han sido desarrollados con de Oculus. Nuestro compromiso a largo plazo con la Realidad Virtual sigue estando intacta y todo el equipo continuará su trabajo igual que lo ha venido desempeñando desde el primer día, desarrollando tecnología RV que transformará el modo en que la gente se comunica e interactúa. Estamos deseando presentar nuestra apelación y dejar todo este litigio en el pasado”
ZeniMax replicó también al final del juicio:
“Nuestro negocio se fundamenta en la tecnología, y consideramos un hecho muy grave el robo de nuestra propiedad intelectual. Apreciamos que el jurado fallara en contra de los defendidos y agradecemos el medio billón de dólares en daños y perjuicios por todas esas violaciones legales que Oculus ha cometido”
Y es que al contrario de lo que ocurre en las novelas de John Grisham, los juicios no terminan con la lectura del veredicto. Hay más. Mucho más. Y aquí en RoV estaremos pendientes de contaros -de la mejor manera que sepamos- los entresijos de las cloacas virtuales, sean lo ponzoñosas que sean, porque al fin y al cabo todo esto también forma parte de nuestro universo virtual. Yo, si hubiera sido Oculus, habría aprovechado para emitir el primer juicio en 360º. Qué oportunidad perdida.
Adivina quién no tiene que pagar un duro de su bolsillo. John Carmack, genio y figura hasta en los juicios que fallan en su contra.